Sus nombres eran Dino (‘temor’, la anticipación del horror), Enio (‘horror’, la «Destructora de Ciudades» que tenía una identidad separada de sus hermanas) y Pefredo, Penfredo o Pemfredo (‘alarma’).
El artista aragonés imprimió su peculiar personalidad a las mitológicas Cloto, Láquesis y Átropos.
Las Grayas pueden ser comparadas con las tres hilanderas del destino (las Moiras), las Nornas noreuropeas, o con la diosa báltica Laima y sus dos hermanas.
Perseo se pone en camino
Con la ayuda de Atenea y Hermes, se pone a buscar a las hijas de Forcis: las Grayas, hermanas de las Gorgonas. Las Grayas eran tres ancianas decrépitas que tenían un solo diente y un solo ojo para las tres, y que se los iban pasando entre ellas. Perseo les arrebató el ojo y a cambio de devolvérselo, les obligó a confesar donde vivían las Náyades, sus otras hermanas (aquí por lo que parece todo dios estaba emparentado). Las Grayas accedieron, pero al final Perseo no cumplió su promesa y arrojó el ojo al lago Tritonis.
La llamada de Perseo (1877). Southampton City Art Gallery. |
El mito de Perseo.
Perseo fue un semidiós, hijo de Zeus y de Dánae. Creció en la isla de Serifos junto a su madre. En la isla gobernaba el rey Polidectes, que se enamoró de Dánae y pensando que Perseo iba a ser un estorbo, urdió un plan para desembarazarse de él. Hizo creer a todo el mundo que estaba enamorado de otra princesa y pidió a todos los habitantes de la isla que le entregaran un caballo como presente para conquistarla. Perseo le dijo al rey que no tenía caballos ni oro para comprarlos, pero que si dejaba en paz a su madre, le regalaría lo que quisiera, incluso la cabeza de Medusa, la gorgona que convertía en piedra a todo aquel que la miraba. Así que se lo puso en bandeja a Polidectes, que obviamente le pidió la cabeza de Medusa y al joven no le quedó otra que cumplir su promesa.
Perseo se arma hasta los dientes.
Estas Náyades que moraban en la laguna Estigia, le ofrecieron unas sandalias aladas, un Kibisis o bolsa mágica, donde podía guardar la cabeza de Medusa sin peligro y el casco de Hades, que volvía invisible a todo aquel que lo llevara puesto. Además, Atenea le entregó un escudo-espejo y Hermes una hoz con hoja de diamante para decapitar a Medusa. Armado hasta los dientes, nuestro protagonista fue a la caza de la gorgona.
Las ninfas armando a Perseo (1887). Southampton City Art Gallery |
La caza de Medusa.
Perseo viaja hasta el País de los Hiperbóreos y se introduce en la guarida de las Gorgonas, mientras éstas duermen entre formas erosionadas de humanos y animales salvajes petrificados. Guiado por Atenea y gracias al escudo-espejo, pudo ver reflejada a Medusa sin convertirse en piedra y la decapitó de un solo tajo. De su cuello ensangrentado nacieron Pegaso y el guerrero Crisaor.
El encuentro con Medusa (1882). Southampton City Art Gallery. (Inacabado). |
Las dos Gorgonas restantes e inmortales: Esteno y Euríale, intentan cazar a Perseo para vengar la muerte de su hermana. Pero éste se pone el casco de Hades y consigue escapar gracias a su invisibilidad.
La muerte de Medusa II (1881-82). Southampton City Art Gallery. |
Perseo en los dominios de Atlas.
Una vez que escapa de la morada de las Gorgonas; Perseo vuela hasta los dominios de Atlas y le pide hospitalidad, pero el titán recordando una profecía que le había hecho un oráculo, vaticinándole que un día llegaría un hijo de Zeus a robarle las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, se niega y le expulsa de malas maneras. Perseo no se lo toma muy bien y lo convierte en piedra usando la cabeza de Medusa.
Atlas convertido en piedra (1878). Southampton City Art Gallery. |
Perseo y Andrómeda.
Nuestro héroe llega a Filistia y allí se encuentra a Andrómeda encadenada a una roca, y como suele pasar en estas historias, ambos se enamoran ipso facto. Pero como también suele suceder en estas historias, la cosa estaba jodida, pintaba a amor imposible. Andrómeda estaba encadenada porque iba a ser ofrecida en sacrificio a Ceto. Una bestia marina que había sido enviada por Poseidón para destruir el reino, ya que Casiopea (la madre de Andrómeda), había tenido la osadía de afirmar que su hija y ella eran más bellas que las Nereidas. Gran error, en temas de egocentrismo y vanidad, los dioses griegos no admitían competencia.
La roca de la perdición (1888). Staatsgalerie Stuttgart. |
Cuando Ceto aparece para devorar a su víctima, Perseo lo mata con su espada y libera a su amada.
La cabeza siniestra (1887). Staatsgalerie Stuttgart. |
Los dos enamorados deciden volver a Serifos, donde Perseo se entera de que su madre ha huido a refugiarse en un templo para escapar del acoso de Polidectes. Perseo se presenta en la corte del rey para darle su “regalo”. Como le había cogido gusto a lo de convertir en piedra a la gente, saca la cabeza una vez más y petrifica a todo el mundo, rey incluido. Después devuelve la sandalias y el casco a Hermes y regala la cabeza de Medusa a Atenea, que la coloca en su escudo.
Y hasta aquí el mito de Perseo (he obviado el final, cuando mata a su abuelo sin querer y acaba convirtiéndose en rey de Tirinto y Micenas), hay unas cuantas variantes y he cogido un poco de cada una.
Fuente: Mikel
La gorgona, flanqueada por leonas y mostrando su cinturón de serpientes, tal como aparece en el frontón del templo del siglo VII a. C. expuesto en el Museo Arqueológico de Corfú. --- Se trata de una de las más antiguas expresiones de escultura en un frontón de Grecia.
Las metamorfosis, del poeta romano Ovidio, es un poema en quince libros que narra la historia del mundo desde su creación hasta la deificación de Julio César, combinando con libertad mitología e historia. Fue terminado en el año 8 d. C
El jardín de las Hespérides de Frederic Leighton (1892). --- Frederic Leighton, primer Barón Leighton (Scarborough, Yorkshire; 3 de diciembre de 1830-Londres, Inglaterra; 25 de enero de 1896), fue un pintor y escultor inglés. Sus trabajos se centraban en temáticas históricas, bíblicas y clásicas
CATACUMBA VÍA LATINA.HÉRCULES. |
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Odiseo ante Escila y Caribdis, de Johann Heinrich Füssli.
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