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La Escuela Vasca de escultura fue algo más —en opinión de algunos, también algo menos— que un grupo de escultores. Supuso el desarrollo de una neovanguardia ya iniciada por el Grupo Espacio y por el Equipo 57 y la continuación de este espíritu por el grupo de pintores Estampa Popular Vizcaína (1962), cuya fuerte componente ideológica condujo a la práctica de una venta a precios muy inferiores a la cotización habitual de los artistas, como manifestación de su desagrado ante el mercantilismo creciente. Fue el ensayo de una nueva monumentalidad en la irrealizada Capilla para el Camino de Santiago —Premio Nacional de Arquitectura y fruto de la colaboración entre el arquitecto Sáenz de Oiza y Oteiza— y su presentación en público en la basílica de Aránzazu, proyecto del propio Sáenz de Oiza en el que participaron los escultores Lucio Muñoz, Oteiza y Chillida, además de los pintores Basterretxea, Ibarrola y Eulate, y que tras su aprobación tuvo que esperar dieciocho años, debido a las prohibiciones y censuras. Fue un esfuerzo de acción y experimentación colectivas, inspirado en la vertiente programática de las vanguardias históricas e iniciado ya en el conjunto escultórico de Aránzazu, que cuajó en la formación de los grupos Gaur (Guipúzcoa), Orain (Álava), Hemen (Vizcaya) y Danok (Navarra), cuyos miembros aspiraban a constituir un frente cultural de intensa renovación: una voluntad de ruptura con el academicismo más rancio y con las instituciones centralistas, cuyas barreras impedían el acceso de los artistas locales a una participación suficiente en la gestión de lo artístico. Fue la aventura cinematográfica de X Films, productora creada por el empresario Juan Huarte, de la que nacerían aportaciones como La cazadora inconsciente y … .ere erera beleibu izik subua aruaren, cine de animación en el que los pintores Rafael Ruiz Balerdi y José Antonio Sistiaga, respectivamente, experimentaban con el dibujo sobre celuloide, u Operación H y Pelotari, con colaboradores como Fernando Larruquert, Luis de Pablo, Carmelo Bernaola o el propio Oteiza y bajo la dirección de Néstor Basterretxea, que a su vez recibiría el Premio Nacional de Cinematografía por Ama Lur, película sufragada por suscripción popular. Fue el espaldarazo internacional —Basterretxea y Mendiburu fueron seleccionados para Sao Paulo y Venecia, Oteiza recibió el Premio de Escultura de la Bienal de Sao Paulo en 1957 y Chillida el de la Bienal de Venecia en 1958— y al mismo tiempo la afirmación de lo autóctono. En suma, fue sobre todo una revitalización del panorama artístico del momento.
Pero esta revitalización desbordaba los cauces de lo puramente formal: desde la conocida militancia comunista de Ibarrola hasta el humanismo cristiano de Chillida, pasando por el nacionalismo de Basterretxea (hijo de uno de los cinco primeros diputados del PNV) y Oteiza (candidato al Senado por Euskadiko Ezkerra en las primeras elecciones de la vigente democracia), la Escuela Vasca había abundado en testimonios de naturaleza ética y política que, sin vertebrar un discurso unitario o coherente, manifestaban una voluntad de incidir en el contexto histórico del que nació: no deben olvidarse los exilios de Oteiza y Basterrechea ni las censuras de que fueron objeto el propio Basterretxea o Dionisio Blanco
Fuente: Texto extraído de GABRIEL INSAUSTI
El suprematismo fue un movimiento artístico enfocado en formas geométricas fundamentales (en particular, el cuadrado y el círculo), que se formó en Rusia entre 1915 y 1916. Fue fundado por el artista ruso-polaco Kazimir Malévich.
Se evita cualquier referencia de imitación de la naturaleza recurriendo a módulos geométricos y el uso del blanco y negro
Círculo negro (Kasimir Malévich, motivo 1915, pintado 1924, Museo Estatal Ruso.
Círculo negro es un cuadro de 1924 (motivo 1915) pintado por el artista suprematista Kazimir Malévich. Desde mediados de la década de 1910, este abandonó el estilo figurativo o representativo a favor de la pura abstracción. Consiste en un círculo negro monumental y perfecto que flota en un fondo blanco y liso. Es, junto con Cuadrado negro del mismo año, una de sus obras suprematistas más famosas, con sus figuras geométricas puras en colores primarios. Se encuentra en Rusia, en el Museo Estatal de San Petersburgo.
Kazimir Severínovich Malévich (11 de febrerojul./ 23 de febrero de 1879 greg., Kiev - 15 de mayo de 1935, Leningrado) fue un pintor ucraniano de origen polaco, creador del suprematismo, uno de los movimientos de la vanguardia rusa del siglo XX
Nicolás de Lekuona fue un artista vasco destacado en la vanguardia española de la primera mitad del siglo XX. A pesar de su corta vida, dejó una huella significativa en el arte con su trabajo en pintura, fotografía, dibujo y diseño
Sus primeras fotografías se enmarcan en la corriente de la Nueva Visión por la utilización de encuadres diagonales, primeros planos o picados y contrapicados, mientras que sus fotomontajes muestran una influencia de la Bauhaus, pero también las recibe del futurismo y del constructivismo e incluso del movimiento dadá
Lázar Márkovich Lisitski (23 de noviembre de 1890 - 30 de diciembre de 1941), conocido como El Lissitzky fue un artista, diseñador, fotógrafo, maestro, tipógrafo y arquitecto ruso. Fue una de las figuras más importantes de la vanguardia rusa, contribuyendo al desarrollo del suprematismo junto a su amigo y mentor, Kazimir Malévich, y diseñó numerosas exposiciones y obras de propaganda para la Unión Soviética. Se lo considera uno de los principales representantes del arte abstracto y pionero en su país del constructivismo. Su obra influyó grandemente en los movimientos de la Bauhaus, el constructivismo y De Stijl, y experimentó con técnicas de producción y recursos estilísticos que posteriormente dominaron el diseño gráfico del siglo XX.
Ricardo Ugarte (Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa, 1942) — comparte este interés constructivo y esa mirada hacia la arquitectura, como lo sugiere el título de muchas de sus piezas más características: Huecos habitables. Relacionado estrechamente con los miembros de la generación de la Escuela Vasca, de la que constituye en alguna medida el peldaño inmediatamente siguiente (no en vano ha expuesto varias veces con Oteiza, Basterretxea o Mendiburu), Ugarte llegó a la escultura a través de la pintura, en los últimos sesenta. Un proceso plástico que comparte con Aizkorbe o Ibarrola y, sobre todo, con Basterretxea, y que en algunos momentos recuerda muy de cerca a las composiciones del suprematismo: esos paralelogramos oscilantes, esos trapecios con aristas en fuga, la introducción del letrismo como elemento plástico… De hecho, uno de sus carteles —un homenaje a Nicolás Lekuona, pintor amigo de Oteiza muerto durante la guerra civil— contiene una referencia a los montajes fotográficos de El Lissitzky.
Las Loreak de principios de los 70 constituyen una emulación de la naturaleza. Es también el período lírico de las Distorsiones, las Vibraciones, las Cadenas y las Campanas.
Sigue otra etapa que sugiere una aproximación más explícita al mundo de las formas vegetales y dinámicas, pasando de formas constructivistas y de aspecto pesado a otras curvas que simulan ligereza. Es la época de sus Raíces del cielo (Parque de la Ciudadela de Pamplona)
Raíces del cielo
La presente escultura del notable artista vasco Ricardo Ugarte, realizada en acero, está compuesta por un pie vertical, del que emanan una serie de cubos enlazados en diferentes posiciones, todo ello en línea de abstracción geométrica. La obra se apoya sobre una simple plancha, en el suelo. Tiene un claro sentido de verticalidad, de una obra que surge del suelo y que asciende hacia lo alto. El pie vertical está compuesto por una serie irregular de formas de metal y de espacios, con formas caprichosas que juegan con el metal. De dicho pie salen, en la parte superior, varias bifurcaciones de cubos incompletos, semejando las ramas de un árbol.
La obra escultórica de Ricardo Ugarte, siempre cargada de simbolismo, adquiere una visión geometrizante del objeto representado. Este artista juega con los espacios que se crean en la propia escultura y que se abren a su vez, al exterior. En esculturas expuestas al aire libre, Ugarte tiene muy en cuenta los factores externos a la propia estructura matérica y formal de la obra, como la luz, la atmósfera y el colorido de que se va a rodear, aspectos que sin duda inciden de una u otra manera en el comportamiento estético. La obra instalada en la Ciudadela pertenece a la etapa de Ugarte que sugiere una aproximación más explícita al mundo de las formas vegetales y dinámicas. En pocos meses Ugarte había pasado de las «formas que pesan» a las «formas que vuelan». Justamente se las ha llamado «esculturas de hierro y viento». El rasgo más característico de este autor es su distanciamiento de la imagen, y su permanente fidelidad al hierro como herramienta insustituible para su expresión artística.
Acero - Año: 1975 - Altura: 332 x 95 x 68 cm - Temática: Alegoría - Instalación/Inauguración: 1979
Fuente: José María Muruzabal
El castillo de la memoria/Oroimenaren Gaztelua, 1994
Acero 3,00 x 0,30 x 0.30 m.
Finalmente, comienza un período en que se afirma de nuevo la verticalidad, pero tendiendo a la simplicidad formal y, cuando el entorno lo exige, hacia medidas monumentales. Es la etapa de los Monolitos, los Cruceros, las Anclas y especialmente de los Gaztelus; tales como el que se alza en el parque Warmer-Damm de Wiesbaden (1991), de 8 m de altura, o el Castillo de la memoria, de menor tamaño junto al Archivo Provincial de Tolosa, Guipúzcoa (1994).
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